En Reina María Rodríguez el homenaje se ha hecho vida literaria cuando es reconocida como una de las voces más importantes de la literatura latinoamericana de esta época, que no llamaremos ni siglo XX ni XXI, sino que de este tiempo.

Porque lo que hace la poesía de Reina María Rodríguez es hilar tiempos diversos. Un presente en el que escribe desde su terraza en La Habana y que a quienes vivimos en esta parte del mundo nos remite a un pasado, a un Chile donde el tiempo podía medirse por la cotidianeidad, humanamente, con paso cansino. Esas costuras de tiempos en las que nos sumerge la palabra de Reina María es, sobre todo, memoria, una enorme tela sobre la que ha ido cosiendo su palabra en forma verso y en libros como Para un cordero blanco, poemario que le valió el Premio Casa de las Américas, En la arena de Padua (Premio de la revista Plural, México, 1991 y Premio Nacional de la Critica, 1992), La foto del invernadero (Premio Casa de las Américas, 1998). Y también en prosa, con Te daré de comer como a los pájaros (Premio de la crítica, 2001), Tres maneras de tocar un elefante (Premio Italo Calvino, 2004) y Variedades de Galeano (Letras Cubanas, 2008).

Por su obra ha sido reconocida con Orden de Artes y Letras de Francia, con Orden de Caballero en 1999 y de la Medalla Alejo Carpentier en 2002; el Premio Nacional de Literatura de 2013 y este 2014, el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, el más importante galardón que concede el estado chileno a un poeta junto a la Fundación Pablo Neruda.

Los invitamos a escuchar esta exclusiva entrevista que Reina María Rodríguez sostuvo con la periodista Vivian Lavín.