Guerra de Arauco y Conflicto Mapuche: La evolución del negocio

12 Junio 2020

Para muchos chilenos el denominado “Conflicto Mapuche” es el negocio que debe prevalecer, porque mantiene una lógica económica y política, al igual lo fue el Real Situado en la colonia; nadie está dispuesto a terminar con sus prebendas.

Sebastián Llantén >
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El Reyno de Chile, poblado de ochocientas mil almas, está lidiando contra sus enemigos que pretenden dominarlo; pero en vano, por que los que antes pucieron un termino a sus conquistas, los indómitos y libres araucanos, son sus vecinos y compatriotas; y su ejemplo sublime es suficiente para probarles, que el Pueblo que ama su Yndependencia por fin la logra.

6 de septiembre de 1815,

Carta de Jamaica de Simón Bolívar.

Quizás, a diferencia de todos los pueblos indígenas que se enfrentaron a la expansión de los imperios europeos alrededor del mundo, el pueblo mapuche fue el único capaz de enfrentar y poner fin a la expansión genocida de la corona española.

Pero este logro, no se llevó a cabo sólo de la mano del enfrentamiento militar; sino que existió un contexto geográfico, histórico y político que permitió y perpetuó la extensión de la Guerra de Arauco hasta el nunca acabar. Me refiero entonces al manejo político y por sobre todo, a la corrupción de las autoridades españolas, que llevó a las voluntades a generar un conflicto sin fin, porque de no ser así, lo que terminaba era un rentable negocio.

Lo que sustentaba económicamente la Guerra de Arauco, fue mayoritariamente, la plata de Potosí, la cual se entregaba por acto administrativo denominado “Real Situado”. Dicho pago se inició en 1.599 y se extendería por tres años, que sería el tiempo estimado de la victoria española por sobre nuestro pueblo mapuche, sin embargo, nada de eso ocurrió y el Real Situado se extendió hasta los primeros años del siglo XIX, incrementándose logarítmicamente los montos aportados por el Virreinato del Perú.

Por tanto, dichos ingresos destinados a la gobernación de Chile era una inyección económica para españoles y criollos locales. ¿Quién querría entonces terminar con el Real Situado?, si la Guerra de Arauco, entre nuestro pueblo mapuche y los españoles, se podía manejar políticamente en parlamentos y evitar así, derramamientos de sangre innecesarios. Así las cosas, la Guerra de Arauco debía continuar llenando los bolsillos del invasor corrupto.

Hoy tenemos términos nuevos para una historia muy vieja, lo que antes los invasores llamaban Guerra de Arauco, hoy lo llaman Conflicto Mapuche, pero su finalidad es la misma, administrar el botín de guerra y lo que antes se llamaba Capitanía General de Chile y Ejercito Permanente, hoy se llama Estado de Chile y Carabineros de Chile.

Pero las inconsistencias están a la vista, los medios de comunicación capitalinos intentan fervientemente hablar de regiones enteras en las llamas de la inseguridad insurreccional y del terrorismo, sin embargo, numerosas son las recomendaciones de Naciones Unidas e informes de organizaciones de Derechos Humanos, señalando que mayoritariamente los afectados por la violencia injustificada son pertenecientes a nuestro pueblo mapuche.

Así mismo, encontramos numerosos casos de auto atentados, aplicación de norman jurídicas que escapan de la lógica de un Estado de Derecho y que se aproximan a regímenes totalitarios y dictatoriales, para perseguir a nuestros ciudadanos mapuches; como también, muertes injustificadas por exceso de violencia de las fuerzas del Estado o simple ensañamiento hacia nuestro pueblo, como son los casos de Jorge Antonio Suárez Marihuan, Edmundo Alex Lemun Saavedra, Agustina y Mauricio Huenupe Pavian, Julio Alberto Huentecura Llancaleo, Xenón Alfonso Díaz Necul, José Huenante Huenante, Juan Collihuin Catril, Matías Valentín Catrileo Quezada, Jaime Facundo Mendoza Collío, Camilo Catrillanca y Alejandro Treuquil, entre tantos otros.

Por lo tanto, para muchos chilenos el denominado “Conflicto Mapuche” es el negocio que debe prevalecer, porque mantiene una lógica económica y política, al igual lo fue el Real Situado en la colonia; nadie está dispuesto a terminar con sus prebendas. Hoy por hoy, un carabinero es premiado al ser destinado a la Región de la Araucanía o a la Provincia de Arauco, porque más probabilidades tendrán de morir en poblaciones marginales de Santiago, que en el Wallmapu; pero con una cuantiosa subida en sus remuneraciones mensuales.

Cuantos presidenciables, senadores y diputados, no tendrían temática electoral si se mostrara que en la Araucanía cada fin de año van miles de turistas a relajarse a la “Zona de Guerra”, de qué se podrían quejar el gremio de camioneros en Chile si no existiera el pueblo Mapuche, probablemente la inteligencia policial se encuentra con un callejón sin salida, cuando descubre que quienes dotan de armamento y souvenires a las fuerzas del orden, para el ficticio conflicto bélico, son connotados generales y ex generales, familias políticas y empresariales que tienen en esta deuda histórica un millonario negocio.

En conclusión, el denominado “Conflicto Mapuche” es una farsa chilena de los sectores de Derecha para sacar por medio del añejo discurso de “guerra interna”, prebendas económicas y políticas. Lo que sí existe aquí, es una anexión militar el Estado de Chile al territorio del Pueblo Mapuche y por tanto, una deuda política, social y económica con nuestro pueblo, pero por sobre todo, una deuda territorial; la cual será saldada sólo cuando las palabras del General Libertador Simón Bolívar vuelvan a ser realidad.