Aprende a evitar las enfermedades de invierno

09 Julio 2011

Muchas de estas recomendaciones las hemos escuchado cientos de veces, pero insistiremos en ellas porque nos interesa que tú y tu familia no se vean afectados por las enfermedades de invierno.

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Muchas de estas recomendaciones las hemos escuchado cientos de veces, pero insistiremos en ellas porque nos interesa que tú y tu familia no se vean afectados por alguna de las enfermedades que se presentan en este período del año.

- Evita lo más que puedas las acumulaciones de gente: aunque sea difícil, debes estar conciente que tú, tu pareja e hijos están más expuestos a contagios en lugares de asistencia de un gran número de personas.  Si es impostergable acudir a un lugar masivo, no lo hagas con tu hijo o hija pequeños.  Recuerda que ellos no tienen su sistema inmunológico 100% desarrollado.

- Evita los lugares en que esté permitido fumar: el humo del cigarro, además de producir tabaquismo, es causante de resecar los pulmones y facilitar el contagio de varias enfermedades respiratorias.  En tu hogar no dejes que tus visitas fumen, al menos dentro de la casa o departamento.

- Ventila tu hogar: es imprescindible ventilar la casa todos los días, aunque sea por un rato para que el aire circulante se renueve.

- Abrigarse adecuadamente: hay que ocupar la ropa adecuada tanto para estar al interior de la casa como para salir.  Si debes salir con tus niños, la ropa debe permitir la mantención de la temperatura corporal y debe proteger especialmente las zonas más sensibles como la cabeza, manos y pies.  Al interior del hogar abrigarse en exceso facilitará la sudoración excesiva y en consecuencia un enfriamiento.

- Lavar adecuadamente las manos: es muy importante que cada vez que lleguemos a nuestro hogar nos lavemos las manos con agua y jabón, especialmente si se ha realizado un viaje en transporte público, después de ir al supermercado y ocupar los carros de compras y si hemos estado en contacto con personas enfermas.

- Dejar descansar el cuerpo: las enfermedades de invierno casi siempre requieren descanso en cama.  Nuestro cuerpo necesita toda su fuerza para combatir la enfermedad.

- La fiebre es necesaria: el alza de la temperatura corporal por sobre los 37° Celsius es un recurso que tiene el organismo para impedir que los virus se reproduzcan con facilidad.  Si la fiebre no es superior a los 38° no hay que tratarla con antipiréticos.  Además, el sudor ayudará a disminuir la temperatura corporal y que esta no suba demasiado.

- La tos es necesaria: se trata de un recurso que tiene el organismo para expulsar microorganismos.  Debe tratarse cuándo es excesiva o cuándo afecta el dormir por la noche.

Publicado originalmente en Revista Carrusel