“El Parkinson es una enfermedad que produce discapacidad, ya sea de la parte motora, como posteriormente de la cognitiva. Se caracteriza por la bradiquinesia que es un enlentecimiento del movimiento y dificultad para realizar las cosas, y tambien con mucha rigidez y temblor”, nos indica el neurólogo del Hospital Clínico de Magallanes, Rodrigo Martínez.

En el Hospital Clínico de Magallanes se les administra terapia farmacológica a aproximadamente 350 pacientes que padecen Mal de Parkinson, asi como también se les asigna la rehabilitación. Ambas cosas son claves en el tratamiento de esta enfermedad, que forma parte de la canasta AUGE-GES. Martínez nos cuenta que “desde el Hospital tenemos un convenio con el Centro de Rehabilitación Club de Leones Cruz del Sur, donde muchos de los pacientes que tienen Parkinson son derivados y se les hace un plan semanal, mucho más amplio de lo que exige el Ministerio de Salud como garantía”.

Y es que durante 2018 la Corporación de Rehabilitación Club de Leones Cruz del Sur brindó más de 6 mil atenciones terapeúticas a 131 pacientes con Parkinson de la zona. Hermes Abreu, Fisiatra de la institución nos explica que “si desde el punto de vista médico, se busca estabilizar la enfermedad, desde el punto de vista de la rehabilitación, lo que se busca es darles a las personas herramientas físicas y educativas que les permitan mantener su estado físico funcional, lo más apto posible, a pesar de los sintomas del Parkinson, como lo son: dolor, rigidez, pérdida de la funcionalidad, alteraciones importantes en el equilibrio, lentitud, torpeza en los movimientos, las que incrementan el sedentarismo, el riesgo de caidas, la perdida de masa muscular, perdida de fuerza, lo que finalmente puede llevar al paciente a un estado de postración o de alta dependencia. Entonces todas las estrategias nuestras son enfocadas a tratar que estas alteraciones que son irreversibles, tengan el menor impacto funcional o que se prolongue la funcionalidad de la persona lo más posible en el tiempo.”

Y es que esta enfermedad, al ser progresiva, deteriora un amplio espectro cognitivo y fisico, por ello en el centro los pacientes forman parte de un programa de kinesiología grupal e individual, de una a dos veces por semana, además de la atención en terapia ocupacional, fonoaudiología y psicología. Todo lo que comienza con una derivación desde los neurólogos del Hospital de la región si es que los pacientes pertenencen a FONASA, y de su médico particular si es que la previsión del paciente es Isapre o es parte de las fuerzas armadas, todo esto con copago cero. Abreu detalla: “Atendemos pacientes entre el estadio 2 y 4 de desarrollo de la enfermedad, ya que el estadio 5 son parte de un programa de alta dependencia, que requiere cuidado a domicilio. A cada paciente lo estratificamos y de acuerdo al déficit que predomine en la persona, vamos indicandole más trabajo físico, mental, deglutorio, funcional, etc.”. Frente a lo cual Rodrigo Martínez nos aclara: “Luego de 10 años habrá un mayor deterioro de las capacidades del paciente, pero se sigue la rehabilitación a pesar de que el paciente esté en silla de ruedas o postrado, lo que se brinda desde el mismo Centro de Rehabilitación por periodos, y después está el nuevo programa que se llama ‘Punta Arenas te cuida’, que es un programa Ministerial, que considera la atención de pacientes postrados. Esto asegura la cobertura de la enfermedad en estadios más avanzados.”

Ambos expertos concuerdan que lo principal es que los pacientes sean diagnosticados tempranamente, así como que cuiden otras enfermedades o factores de riesgo que dificultan el tratamiento del Parkinson, como lo son la diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad, el consumo de alcohol y tabaco, entre otros; que practiquen de forma actividades físicas, deportivas y recreativas, para lo cual las redes de apoyo, ya sean familiares o sociales son fundamentales.