Según la mitología griega, Electra era la hija de Agamenón, rey de Micenas, quien fue asesinado por el amante de su esposa. Años después, como venganza, Electra impulsó a su hermano, para matara al asesino de su padre y a su cómplice, su propia madre.

Este es el origen del conocido complejo de “electra” puede observarse  en niñas a partir de los 3 años, pero que en un plazo de dos años se suele resolver de forma natural” y es una  fijación afectiva o enamoramiento hacia el padre puede generar una situación de rivalidad con la madre.

Existen situaciones donde esto excede lo “normal” donde se transforman en patológicos pudiendose producir  que la niña rechace al padre al sentirse defraudada por haberla rechazado y preferir a su madre en vez de ella.

“Me voy a casar con papá”

En el complejo de Electra avanzado, la niña  se siente atraída por  su papá, nota que es  del sexo opuesto y centra su interés amoroso en él para tratar de sustituir a su madre en el vínculo de pareja.

Durante un tiempo repite que se casará con su papá y cuando ve a sus padres en actitud cariñosa se queja porque se siente excluida y se coloca entre los dos…

Los padres deben hacerle entender que lo que siente  no tiene sentido y que no es lo que realmente quiere

No deben ser seductores jamás seguirles el juego y decirles por ejemplo ¿con quién te vas a casar? ¿verdad que te vas a casar con el papá? , Todo lo contrario, debe reforzar la idea que ella crecerá y cuando lo haga conocerá a alguien que le atraiga  y que no tendrá ningún vínculo sanguíneo.

Ambos padres tienen que establecer una barrera generacional; sólo así se podrán determinar los roles parentales.

De no ser así la percepción de la realidad y la creación de vínculos con los otros queda contaminada por las vivencias con los padres y se generalizan a otros ámbitos en los que interviene un componente de carácter afectivo

 
Publicado originalmente en Revista Carrusel

Foto: En Flickr por  Esparta