Si alguien sabe de viento son las personas de Magallanes, quienes no les sorprende escuchar que  están pronosticadas ráfagas de vientos de 130 kilómetros por hora, es incluso corriente en ciertas épocas del año. La vida sigue “normal” durante aquellos días donde el viento se adueña de las calles de las ciudades, no es excusa para faltar al trabajo o cambiar los planes que se tenían para la jornada, si fuera así los magallánicos saldrían de sus hogares en muy pocas ocasiones. La palabra normal fue escrita intensionalmente entre comillas debido a que gracias a los ventarrones se deben tomar ciertas medidas al circular por las calles, como intentar no llevar faldas o tener claro que  si tienes que cruzar en la intersección de las calles Muñoz Gamero con Fagnano lo más probable que el semáforo sea la salvación para no perder el equilibrio.

 Las condiciones climáticas en Magallanes son distintas y para personas que no están acostumbrados incluso podrían ser consideradas como adversas; hasta las instituciones públicas tienen claro las características especiales. En otras regiones la Onemi declara una alerta temprana cuando se pronostican ráfagas de viento superiores a 60 kilómetros por hora, condición que se considera riesgosa por caída de árboles y perdidas de techumbres, en cambio, en Magallanes las autoridades recién se preocupan cuando la velocidad es superior a 120 kms/hrs “cuando hay estos ventarrones es posible que caigan ramas de árboles y algunas techumbres sufran algún tipo de daño, pero en general tanto las personas, la naturaleza y la construcción están habituadas a las condiciones” aseguró el Director Regional de la Onemi Rodrigo Santana.

La alerta temprana de viento fue retirada en horas de la mañana, debido a que la Dirección Regional Meteorológica de la Zona Austral afirma que durante la jornada de hoy las condiciones serán más favorables. El Director regional explica que durante lo que va del año un total de 4 alertas se han entregado, pero que la peor época es a partir del mes de octubre en donde será pan de cada día soportar los ventarrones.