En medio de una copiosa neblina y casi nula visibilidad, este martes zarpó el Patrullero Oceánico ‘Marinero Fuentealba’ con la misión de trasladar autoridades e invitados hasta Cabo Froward.

Fue así que la embarcación además sirvió como plataforma para realizar una pequeña ceremonia en conmemoración de los 30 años de construcción de la tercera Cruz de los Mares, ubicada en el peñón que viste al Cabo Froward, el punto más austral del continente americano. 

Algunos invitados dieron testimonio del significado religioso, náutico y poético de este símbolo del fin del mundo y que hace más de un siglo sirve de señuelo para los navegantes de los canales australes.

José Martinic Beros, integrante del grupo de ingenieros que proyectó la Cruz de los Mares, reseñó la forma en que llegaron hasta Cabo Froward, junto a profesionales de la Universidad de Chile a bordo de la barcaza ‘Elicura’, con el fin de llevar a cabo los estudios técnicos y levantar esta enorme señal celebrando la venida a Chile del papa Juan Pablo II en 1986. 

En su discurso, reconoció al Contraalmirante (r) Roberto Benavente por su encomiable labor realizada durante los años previos a la inauguración de este monumento en 1987, y su permanente preocupación por solicitar a la Armada las labores periódicas de mantención y cuidados de la cruz.

Además de los trabajos anuales de mantención y cuidado que efectúa la Armada de Chile en la Cruz de los Mares, a sus pies se ubica una baliza luminosa que sirve de faro.

En este contexto, el jefe de estado mayor de la Tercera Zona Naval, capitán de navío Álvaro Carrasco, mencionó que este año fue considerado el reforzamiento de soldadura y pintado.

“Esto es un ícono a nivel nacional y marca el fin del continente sudamericano y una de las tareas es que en corto plazo pueda ser Monumento Nacional. Esto constituye un anhelo de la comunidad magallánica para que de esta forma la Cruz de Froward tenga la categoría que le permita prolongar su vida y en buen estado”, expresó.

Tras una homilía a cargo del obispo de Magallanes, Bernardo Bastres, el clima permitió a los asistentes apreciar en todo su esplendor la Cruz de los Mares, emocionando a quienes de alguna u otra forma fueron y siguen siendo parte de este proyecto patrimonial en medio de la adversidad.