¿Termina tú postnatal y tienes que volver al trabajo?

¿Termina tú postnatal y tienes que volver al trabajo?

01 Julio 2011

Si tu permiso postnatal está concluyendo o si después de haber pasado algunos años con tus hijos pequeños, sientes que es hora de reincorporarte al mundo laboral, hay algunas cosas que debes saber y que te ayudarán a tener todo más o menos controlado.

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Si tu permiso postnatal está concluyendo o si después de haber pasado algunos años con tus hijos pequeños, sientes que es hora de reincorporarte al mundo laboral, hay algunas cosas que debes saber y que te ayudarán a tener todo más o menos controlado y conjugar el trabajo con la vida familiar.

Ventajas y desventajas de la reincorporación laboral

Ante la disyuntiva en la que ya te encuentras o a la que te acercas, te recomendamos que hagas una lista con dos columnas, en una deberás anotar los aspectos positivos de regresar al trabajo y en la segunda debes colocar las cosas negativas de volver.

La idea es que realices este ejercicio a conciencia, tranquila, sin apuro o presiones.  Puede ser una buena idea que lo converses con tu pareja, ya sea antes de hacer el ejercicio o posteriormente; después de todo no es una decisión que sólo te competa a ti, en muchos sentidos es un tema familiar, en el que, obviamente, siempre lo más relevante será que tú sientas que estás haciendo lo correcto para ti y para la familia.  Si en algún momento te dieras cuenta que te equivocaste, siempre podrás volver a revisar la situación.

Sólo a modo de referencia, a continuación te daremos una pauta, tanto de los aspectos positivos como de los negativos, para que empieces a pensar en el tema, de acuerdo a tu realidad y características personales y familiares

Regresar al trabajo implica:

  1. Independencia económica

  2. Desconectarte de la casa y del bebé.

  3. Relacionarte con tus compañeros.

  4. Sentirte activa y útil.

  5. Aumento de confianza ante las nuevas tareas a desarrollar.

  6. Más seguridad económica para la familia

  7. Te sentirás más realizada.

  8. La inactividad laboral prolongada complica la reincorporación futura.

  9. Evitas encerrarte en el mundo que envuelve a tu hogar.

Quedarte en casa:

  1. Dedicación exclusiva y total para la familia sobretodo para tu bebé o hijos más chicos.

  2. Más tiempo libre.

  3. Mayor descanso y relax.

  4. Control de gastos.

  5. Practicar tus hobbies favoritos.

  6. Ahorro de dinero (de la sala cuna, jardín infantil o de una persona que lo cuide en el hogar).

Luego que hayas valorado cada uno de los puntos de tu lista (pueden ser listas separadas) tendrás un panorama más claro para tomar la decisión.  Si de todas maneras las dudas o temores persisten, y si la estructura y organización de tu fuente laboral lo permiten, podrías intentar trabajar sólo algunas horas o puedes buscar un trabajo cuyos horarios te permitan coordinarlo con las actividades de la casa.

Si la balanza se inclinó por quedartepor ahora o definitivamente en casa, la idea es que disfrutes esta nueva etapa y la decisión que tomaste, concéntrate en la maternidad en una etapa que pasa muy rápido –aunque a veces creas lo contrario-.  Felicitaciones.

En cambio si la determinación fue regresar al mundo laboral, también mereces felicitaciones, porque volverás a formar parte de un importante y creciente grupo de mujeres que están activas dentro y fuera del hogar.  En este caso, eso sí, deberás organizar muchas y muy bien las cosas, porque con un bebé o hijos pequeños estarás más tranquila teniéndolo todo bajo control o al menos lo mejor posible.  En cuanto a los hijos y a tu pareja, el sentido en este escenario será que más vale dedicarles menos tiempo, pero de mucha calidad, que estar mucho juntos pero sin prestarles atención exclusiva.

Sentimientos encontrados

En cualquiera de las dos situaciones, es probable que en algún minuto te aborde algo de sentimiento de culpa.  No desesperes, es algo muy normal.

Si te quedas en casa cuidando a tu hijo y eres del tipo de mujeres que están acostumbradas a una vida muy activa, es probable que en unos meses te subas por las paredes si no llenas tu tiempo con algo más que ser “mamá”. Puedes organizarte y aprovechar para realizar algún taller u otro tipo de actividad, pero eso sí cuando estés recuperada y te sientas menos cansada. Sobretodo ten cuidado con las depresiones post-parto, por leves que te parezcan pide ayuda, por ejemplo, convérsalo con tu médico de cabecera.

Al contrario, si decidiste reanudar tu trabajo no podrás evitar sentirte mal cuando te tengas que separar de tu hijo, hasta el punto de sentirte mala madre por “abandonar” a tu bebé y dejarlo al cuidado de otra persona (aunque ésta sea de total confianza).  Ese sentimiento tan odioso va disminuyendo, o al menos podrás manejarlo sin que te afecte tanto, a medida que pasan los días, ya que se compensa con el sentimiento de felicidad que te invade al tener una vida activa como la que tenías antes de tener al bebé.  Piensa que si tú estas feliz, todos estarán felices y si tu te sientes mal, les transmitirás esa energía negativa también a tus hijos y a tu pareja.  Al desconectarte físicamente de tu hijo durante unas horas, por mucho que lo eches de menos y pienses en él a menudo, volverás a sentirte mujer y no solo madre.

Publicado originalmente por Revista Carrusel

Foto Flickr: por sebastiánTOLEDO Fotógrafo