“A todas nos puede pasar”.

02 Marzo 2011

El emotivo documental sobre el proceso de recuperación de Jacqueline Leyton.

Patricia Ojeda ... >
authenticated user Corresponsal

El documental no tiene título que le he puesto a esta nota pero bien podría ser utilizado para demostrar que todas hemos tenido un mal amor, que todas podemos ser las violentadas o las madres de alguien que casi muere a manos de un mal amor, que a todas nos puede pasar.

Dura cerca de veinte minutos, es un trabajo cuidadoso pese a que sólo se construye a través de fotografías y breves entrevistas, no busca la exquisitez del documental profesional sino transmitir a todos los magallánicos que conocieron a Jacqueline Leyton o el caso de extrema violencia intrafamiliar que la afectó, que ella estaba bien, que está recuperándose. 

Este sábado fueron decenas las personas que conocieron este documental, en tanto que el viernes fuimos los medios de comunicación los que en una función especial pudimos observar este testimonio de dolor, rehabilitación y esperanza. Asistí a esta función especial, donde no más de 10 concurrimos, muchos hicieron la nota de prensa antes de la exhibición pues eran las 16:30 horas, plena jornada laboral y el tiempo apremiaba. Pero me quedé, como una extraña entre familiares cercanos, sin haber conocido a Jacqueline Leyton salvo por las noticias que me tocó cubrir. Sentía la obligación de verla y saber cómo estaba pues asistí a conferencias de prensa que daban cuenta de sus operaciones, de sus avances, también estuve en el juicio de su agresor y vi el dolor de Sofía y Juan, sus padres.  “Él la asesinó, la mató, profesionalmente ya está muerta mi niña” expresó Juan Leyton al finalizar la audiencia donde se mantuvo la prisión preventiva de José Toledo Mancilla en enero de 2008. “Enrique... estoy aquí, mírame, por qué martirizarse a mi hija” fue el grito cargado de dolor con el cual Sofía Mansilla puso fin a este proceso de formalización. 

Pero en el documental no es la crudeza de ver las imágenes del proceso que tuvo que vivir esta socióloga, víctima de un parricidio frustrado el 13 de julio de 2008; la que conmueve, sino el relato de su madre, quien es la voz que guía este documento audiovisual.

Sofía con orgullo da cuenta de todos los logros académicos  que tuvo Jacqueline desde pequeña y que la llevaron a titularse de socióloga. Con valor cuenta la noche de horror que junto a su marido cuando su  hija fue baleada, el proceso de operaciones, la dureza de la rehabilitación y los problemas que como padres han vivido y no sólo de forma económica sino como pareja, con una sinceridad que provoca las lágrimas.

Luego, en el documental, viene el momento donde, frente a la cámara, Jacqueline con un perfecto lenguaje y con evidente recuperación física dice “Soy jefa de acción sanitaria de la seremi de salud y  me voy a acoger a retiro” para luego agradecer a todos los magallánicos el apoyo que le han brindado, saludar a los amigos y a sus secretarias. 
                                        
En el discurso que dio este viernes Sofía Mansilla dice que su hija habla perfectamente, que le lee perfectamente, que la gran tarea ahora “es que camine” y no use silla de ruedas o bastones.

También Sofía Mansilla cuenta que la joven profesional ha empezado a evocar el día de la agresión, aunque no recuerda el disparo: “Enrique se puso detrás de mí y me pegó en la casa”, es la última visión que tiene Jacqueline de esa noche.

La jornada de exhibición de este viernes termina con una declaración que rompe cualquier indiferencia: “No sé que es lo que cuesta más, todo lo que vivimos o escuchar a mi hija decir que le pegaba, que le robaba los cheques pero que pese a ello aún lo hecha de menos, porque vivieron buenos momentos”, expresó Sofía, al dar este duro testimonio de violencia intrafamiliar que vivió y sigue viviendo su hija Jacqueline.

“Hay amores que matan” y mujeres que creemos que “el amor todo lo soluciona”. Son clichés que provocan risa a menudo, pero aquí, en este documental: no… a todas nos puede pasar.