Esta semana, el gobierno inició el pago del Bono al Logro Escolar, política que forma parte del Ingreso Ético Familiar.

Este incentivo económico será entregado a estudiantes entre 5° básico a 4° medio, pertenecientes al 30% más vulnerable de la población, que se encuentren, además, dentro del 30% de los alumnos con mejor rendimiento de su promoción. Se entregarán $50 mil al año, en el caso de los que están entre el 15% mejor de su curso, y $30 mil para los que estén en el 15% siguiente.

En Educación 2020 [13] creemos que es un grave error que parte del ingreso familiar esté relacionado al desempeño académico del estudiante a través de un bono por rendimiento escolar.

El incentivo monetario no promueve necesariamente el apoyo de los padres a sus hijos, sobre todo si estamos hablando de familias en contextos vulnerables. Según cifras de la Unicef, en Chile el70% de los niños y las niñas sufre violencia física o psicológica de parte de sus propios padres. En este contexto, nos preocupan las consecuencias del bono por rendimiento.

Asimismo, creemos que este bono debilita los fines que se propone el aprendizaje en la escuela, cuales son aprender y no ganar dinero para su familia, lo que, además, cae en la lógica del trabajo infantil.

Esta iniciativa pasa por alto principios pedagógicos elementales de trabajo en equipo y la colaboración que debe darse en el aula para obtener buenos resultados educativos. También olvida a los miles de niños y niñas con necesidades educativas especiales.

Finalmente, creemos delicado implementar una política pública, cuyo sustento carece de evidencia empírica sobre los posibles efectos positivos de bono escolar. A continuación un video que explica por qué los incentivos monetarios no funcionan en tareas complejas y de carácter cognitivo como la educación.

Parte 1

Parte 2