Ejercicio en pandemia: beneficios para las personas con enfermedades crónicas

03 Julio 2020

Una de las enfermedades no transmisibles, es la Diabetes Mellitus tipo II, que está relacionada directamente con un estilo de vida sedentario y una mala calidad en los hábitos alimenticios.

Martín Gálvez >
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Las enfermedades no transmisibles (ENT), denominación de la Organización Mundial de la Salud, son enfermedades de larga duración, lenta progresión, que no se resuelven espontáneamente. A nivel mundial, son responsables del 63% de las muertes por lo que la detección precoz y el tratamiento oportuno de estas patologías es prioritario.

Las ENT y sus factores de riesgo han sido priorizadas en los Objetivos Sanitarios de la Década 2011-2020 en nuestro país, con metas específicas para cada patología, así como para los principales factores de riesgo, contribuyendo así al control de estos a través de una detección y tratamiento oportuno, previniendo complicaciones, discapacidad y mortalidad prematura, pero aún falta potenciar la importancia de la prescripción del ejercicio en su prevención y tratamiento.

Para nuestro país una de las ENT como la Diabetes Mellitus tipo II es un problema de salud pública, lo que les ocurre a estas personas es que no pueden producir suficiente insulina o son resistentes a ésta, la insulina es una hormona que se encarga de regular los niveles de glucosa en la sangre.

Por lo tanto, está relacionada directamente con un estilo de vida sedentario y una mala calidad en los hábitos alimenticios, de esta forma realizar ejercicio y la orientación nutricional se hace primordial para las personas que la padecen.

Existe evidencia que el entrenamiento tiene beneficios a nivel metabólico en una persona con diabetes, activando muchas proteínas relevantes para el funcionamiento del cuerpo, entre ellas, una específica, denominada: GLUT 4, que se encarga de transportar glucosa logrando que mejore la sensibilidad de la insulina en nuestro cuerpo, generando un mejor funcionamiento energético general del organismo durante las actividades cotidianas.

En esa línea, la correcta dosificación de ejercicios, con una intensidad incrementada de forma progresiva y de manera individualizada, trae los siguientes beneficios para alguien con diabetes:

- Disminuye los elevados niveles de glucosa en sangre.

- Mejora la adaptación y capacidad de seguir realizando actividad física.

- Mejora la sensibilidad a la insulina del hígado.

- Produce adaptaciones cardiorrespiratorias y músculo esqueléticas.

La contextualización que se puede realizar con el momento que estamos viviendo producto del Covid-19, es que independiente de la edad, nuestro cuerpo tiene que ser lo más funcional posible.

Si bien una persona mayor con diabetes pareciera ser más vulnerable al coronavirus, lo que realmente marcaría el mayor riesgo ante la posibilidad de enfermarse, es la funcionalidad de las personas, la capacidad de ser autoeficiente.

De ésta forma mantenerse activo realizando ejercicio en aislamiento, por lo menos 3 veces a la semana, idealmente asesorado por profesionales del área es la mejor forma de prevenir y tratar enfermedades crónicas no transmisibles y traerá beneficios a nuestro organismo que son indicadores reales de calidad de vida.