Responsabilidad Social: La urgencia de reorientar el tratamiento de los contenidos en televisión abierta

Responsabilidad Social: La urgencia de reorientar el tratamiento de los contenidos en televisión abierta

21 Julio 2020

Pluralismo, diversidad, descentralización, género y derechos humanos, son algunos de los puntos claves sobre los cuales avanzar.

Oscar Cristi >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Invitado

Para nadie es novedad el malestar ciudadano expresado en redes sociales y medios independientes hacia la televisión abierta, por la forma en la que hasta ahora, los canales han desarrollado su contenido durante la crisis sanitaria, sobre todo en los espacios de la parrilla que no son orientados a entretener, sino que a informar.

En este contexto, las principales críticas son dirigidas a cómo las estaciones enfocan el ejercicio del periodismo, en la cobertura de los hechos noticiosos surgido a raíz de la pandemia y los formatos televisivos que utilizan para ello, convirtiendo la emergencia en una suerte de espectáculo.

Y es que, la sobreexposición de “algunos” políticos en los paneles, el abuso del interés humano en las notas y la utilización de características cinematográficas para elaborar reportajes a fin de causar mayor “sensacionalismo”, denotan que las líneas editoriales privilegian los enfoques en aspectos banales y frívolos.

Es verdad que en Chile los canales tienen el pleno derecho de definir autónomamente sus lineamientos y prioridades, una libertad indispensable para concebir un sistema democrático estable y saludable (Libertad de Prensa).

Sin embargo, los medios de comunicación masivos, incluyendo por supuesto a la televisión, prestan un servicio público fundamental y por lo tanto considero que tienen el deber ético de contribuir con la reflexión, la educación y la concienciación de las chilenas y chilenos.

Sobre todo, porque muchas personas no pueden tener acceso a televisión de pago o plataformas streaming y se ven supeditados a consumir programación abierta.

La oportunidad de un cambio

Desde el ingreso de Chile a la Fase 4 de la pandemia y la declaración del Estado de Catástrofe por parte del gobierno, las y los ciudadanos tenemos la obligación moral y legal de quedarnos en nuestras casas, como una de las medidas más eficaces para detener la propagación del virus en la población.

Casi como una consecuencia lógica entonces, hemos visto como la sociedad ha aumentado el consumo de contenidos televisivos. Ya sea entretención o información, lo cierto es que las y los chilenos pasamos en promedio 7 horas diarias frente a la pantalla durante la cuarentena, un aumento significativo en relación a un año normal, según cifras expuestas por el CNTV.

Tal situación, es una oportunidad para que las estaciones desarrollen los contenidos de calidad que durante años hemos anhelado; mayores espacios educativos, pluralistas o incluso generando instancias de análisis que ahonden en las causas de la crisis sanitaria y en el estado real del país para enfrentarla.

Me refiero, por ejemplo, a programas que nos permitan entender como ciudadanía, los motivos que debilitaron nuestro sistema de salud pública, haciéndolo incapaz de responder eficazmente ante la pandemia, acciones que fueron implementadas bajo el alero de la Constitución de 1980 y fortalecidas en los consiguientes gobiernos para generar oportunidades de negocios en torno a las enfermedades y sus tratamientos, traspasando la responsabilidad del bienestar sanitario del Estado a las personas.

Con la idea anteriormente planteada, no pretendo que la televisión se transforme en una herramienta que fomente la odiosidad ante el sistema, muy por el contrario, creo que su rol es fundamental en la reconciliación y la implementación de un nuevo proyecto de sociedad, ofreciendo nuevas maneras de dialogo que nos permitan madurar como país, aprender de nuestros errores, lo que a mi parecer, es el objetivo de la comunicación humana.