Aló Gobierno ¿Nos puedes escuchar?

21 Agosto 2011

Estamos viviendo en un país cuyo Gobierno ha perdido la sensibilidad y el sentido común.

Marcela Arellan... >
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No entiendo qué es lo que está pasando, siento que estamos viviendo en un país cuyo Gobierno ha perdido la sensibilidad y el sentido común, hace un mes que estudiantes secundarios y universitarios iniciaron una huelga de hambre en pos de sus demandas, el DERECHO A UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD IGUALITARIA Y SIN LUCRO, peticiones completamente válidas para mí, pero que bien pueden no serlo para todos, eso lo entiendo, porque para algunos (Gobierno incluído) el hecho de educar al pueblo ¡Y gratis más encima! Resulta horroroso considerando que la educación es un bien de consumo ($). ¡Qué haremos después con tantos profesionales! No todos quieren ser médicos, no todos quieren ser músicos, no todas las personas tienen las mismas aptitudes y actitudes.

Es más, seguramente no todos aspiran a ser profesionales, pero eso no se contrapone a la demanda legítima de igualdad de oportunidades. ¿Acaso no es ese el sentido mismo de la democracia? Mi querido país se encuentra en el top ten de las economías más desiguales del mundo, con una de las peores distribuciones del ingreso de toda América Latina (y eso que somos jaguares), si no me cree échele a una repasadita a la Encuesta Casen, porque como dicen por ahí las estadísticas no mienten. Ante ese panorama yo no puedo dejar de preguntarme: ¿Tendrá que ver algo la educación en Chile para explicar de cierto modo la abismante desigualdad existente? Saque conclusiones y otra pregunta, ¿cómo se mejora la desigualdad si las personas no tienen acceso igualitario a la educación y no pueden optar a mejorar sus condiciones de vida?

Es un hecho evidente que la municipalización de la enseñanza resultó un fracaso y por cierto los gobiernos concertacionistas aplicaron sólo parche curitas al tema, pero lo que está sucediendo hoy rebasa todos los límites de comprensión.

Como decía al comienzo: Falta de sentido común absoluto al permitir que jóvenes muchos de ellos menores de edad continuen después de un mes en una huelga de hambre por pedir lo que consideran justo. Los Gobiernos anteriores no lo hicieron mejor, pero éste está completamente sordo.