"De la política me sacan en un cajón"

"De la política me sacan en un cajón"

27 Abril 2021
Vivimos en sociedad y somos seres políticos, las relaciones que establecemos en ese ámbito son de esa naturaleza.
Roberto Bravo >
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Congreso, Regiones. Foto: Agencia Uno/Huawei

La ambigua declaración del senador Moreira es según concibe la política, de cargos y poder; debió decir, del senado me sacan muerto. 

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Quién en política, por decisión propia, ha renunciado a un cargo? El premio mayor es llegar, por ende, nada de bajarse del olimpo, más cuando en el estado llano nada está garantizado.
Qué otra actividad renta tanto con pocos atributos, está exenta de cuentas y se usufructúa a perpetuidad.  A los ciudadanos de a pie, nos caen todas las restricciones del aparataje público, dispuesto para disciplinarnos. Nos transformaron, con la complicidad nuestra, en una sociedad apolítica, mediocrizada. 
La escritura de mi casa dice que soy el dueño, si me atraso en las contribuciones, me notifican y si no pago, me embargan. Si Ricardo, Michelle y Sebastián no inscriben y no pagan en años, no pasa nada. Si Johnson declara fraudulentamente la renta, le condonan parte de la multa, millonaria y en dólares. La retahíla de impuestos que pagamos, no sería problema, si éstos volviesen en infraestructura y prestaciones de calidad, cosa que no sucede. 
Si Moreira, el del raspado de la olla, siendo parlamentario emite boletas de honorarios ideológicamente falsas -no había prestación que la justificara-, no pasa nada. Convertido en creyente, sus decisiones políticas no son ideológicas, sino misericordiosas; así sostiene su voto a favor del retiro del 10%. Un ciudadano cualquiera, para suscribir un convenio de honorarios con una institución del Estado, por una prestación real, debe firmar una declaración jurada, que no presta servicios para otra repartición pública. 
Si atropello a una persona con causa de muerte, seguro habrá prisión preventiva, de no mediar cautelares y se investigarán las causas, para procesar y luego dictar sentencia; según de quién se trate. Martín Larraín, hijo de Carlos, atropella y da muerte a una persona, se escapa, adulteran pruebas en la fiscalía y ahí está, deambula como si nada. Entrevistado Carlos, desliza la poca importancia del fallecido; era de vida irregular. 
Para el terremoto del 2015 en la Región de Coquimbo, el Diputado Walker y el Senador Pizarro viajaron al mundial de rugby. No son autoridades gestoras, pero siendo electos por esos ciudadanos que padecían, acompañar, proponer y ayudar a resolver, es lo que correspondía. Pizarro, el de las asesorías telefónicas de sus hijos para recibir de SQM millonarios pagos, dejaría el cargo a otro Walker, senador por la Región de Aysén, que en plena campaña de reelección se dio cuenta que su intrascendente candidatura estaba perdida y la retiró. Es probable vuelva al senado, en reemplazo del honorable Pizarro.
Los millones que las empresas del sector pesquero transfirieron a diputados y senadores por tramitar, a requerimiento de pauta, la ley Longueira, era para destituirlos y someterlos a proceso. Qué pasó, nada, sólo Opris e Isasi fueron procesados y sentenciados. 
El diputado Flor Motuda, cuya base discursiva es el insulto, ahora transgrede normas sanitarias y circula sin los documentos de su vehículo. La Diputada Hoffmann, tiene un hijo denunciado por violación, se abstiene en la votación por la imprescriptibilidad de los delitos sexuales. La Diputada Jiles, su pareja es su secretario, se escuda en no ser casados; lo que la ley no prohíbe, porque habría de hacerlo la moral. Ahora quiere que el abuelo sea gobernador.
Con el poder del dinero y de la política, burlan la ley, sus actos no tienen consecuencias, no les incomoda transgredir los límites socialmente establecidos. Validan en el privilegio un derecho prevalente, sui géneris, por ser ellos quienes son. 
No está errado Moreira, querer lo saquen en un cajón. Le faltó completar la oración y pedir, lo sepulten en el panteón de los prohombres más creyentes de la política.