El desafío de implementar la ley del lobby

El desafío de implementar la ley del lobby

06 Agosto 2014

La inserción de la cultura de transparencia en nuestra Corporación, que ha tenido el liderazgo en impulsarla en Chile, requiere de un reforzamiento especial de ambas Comisiones para continuar cumpliendo ese rol, ahora ante el desafío de regular el lobby.

Senador Hernán ... >
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La Ley N°20.730, que Regula el Lobby ante las Autoridades y Funcionarios, es resultado de un largo proceso legislativo, en el que se planteó un tema difícil de normar y, más aún, complejo de implementar. Tanto es así que existen pocas legislaciones sobre la materia.

Los sistemas que regulan el lobby son de dos tipos: unos enfatizan en regular al lobbista (la tradición americana), otros procuran regular la acción de lobby, asegurando su transparencia (la tradición europea). Nuestra legislación se inició como un proyecto inspirado en la lógica europea, pero con el desarrollo de la propuesta se le incorporaron algunos elementos de registro de los lobbistas que lo acercan a una posición mixta.

Así, en este contexto, la mencionada ley, optó por un sistema de transparencia activa reforzada. Activa, pues encomienda a la autoridad la confección de registros públicos de audiencias, de viajes, de lobbistas, todo ello con la exclusiva finalidad de ser puestos a disposición de la ciudadanía como un deber más de aquellos que crean la Ley de Transparencia. Reforzada, pues la ley contempla sanciones a la autoridad que no cumple con informar a los lobbistas o gestores de intereses particulares que omitan o falseen determinada información.

La Ley no genera un registro de lobbistas obligatorio para realizar la actividad y menos puede sancionar con la cancelación en el mismo. No obstante, el registro se va construyendo en la medida que opera el sistema, ya que toda acción de lobby implica su información al respectivo registro, consignando en él la identificación de quién fue su protagonista e informando periódicamente de su contenido al registro central que lleva el Consejo para la Transparencia, quedando de este modo incorporado como lobbista.

La implementación, seria y consciente, de la Ley N° 20.730 impone desafíos institucionales que, en cuanto al Congreso Nacional, demandan nuevas funciones a las Comisiones de Ética y Transparencia de ambas Corporaciones, las que deben proponer a las Salas una aplicación de la ley que tenga coherencia institucional, coordinada con todos los poderes del Estado, que profundice la normativa y fortalezca el liderazgo de observar las mejores prácticas, para estar a la altura de los desafíos.

Serán estas Comisiones las llamadas a abordar la difícil tarea de reglamentar el lobby en el Poder Legislativo, definiendo criterios comunes y transversales que, idealmente, debiesen ser aplicados con idénticos resultados por todos los sujetos pasivos. La invitación de la Ley a la autorregulación también convoca a avanzar más allá de su texto.

El mecanismo de consulta canalizado a través de la Comisión de Probidad y Transparencia del Ministerio Secretaria General de la Presidencia sirve de referente y debiera ser emulado por el Congreso Nacional. En función de nuestra tarea de generar buenas prácticas parlamentarias, hemos resuelto convocar a una consulta pública respecto del Reglamento, antes de ser aprobado por las respectivas Cámaras.

Por otra parte, el mayor gasto que signifique la aplicación de esta ley, a su tenor, se financiará con cargo al presupuesto de las instituciones respectivas, pudiendo al efecto realizarse transferencias y reasignaciones. Lo cierto, es que la práctica acumulada de funcionamiento de las Comisiones de Ética y Transparencia del Congreso muestra un escaso soporte institucional, un incipiente desarrollo de sus funciones promocionales y regulatorias, una escasa adhesión de los propios parlamentarios y una falta de claridad en la relación institucional con otras entidades de la institución como son, a modo ejemplar, la Secretaría, la Comisión de Régimen Interno, la Presidencia y el Consejo de Asignaciones Parlamentarias.

La inserción de la cultura de transparencia en nuestra Corporación, que ha tenido el liderazgo en impulsarla en Chile, requiere de un reforzamiento especial de ambas Comisiones para continuar cumpliendo ese rol, ahora ante el desafío de regular el lobby.  

La experiencia permitirá evaluar los aciertos de esta ley, pero lo primero es hacerla funcionar bien y a la brevedad.