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Javiera Parada a Magdalena Krebs: Su argumento explicita un grave relativismo moral y peligroso
Equipo El Magal... >
authenticated user Editor"A la luz de la contingencia que vivimos hoy, sería una gran contribución que el museo explicara los hechos anteriores al golpe, pues pondría una nota de atención sobre los límites, la necesidad de cuidar las formas y los procedimientos democráticos", escribió la directora de la Dibam Magdalena Krebs en una carta a El Mercurio, cuestionando al Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos.
La carta, fue cuestionada en diversas instancias, especialmente porque se entiende de ella una justiciación a los crímenes de dictadura.
Hoy hubo una nueva carta publicada en El Mercurio, dirigida a la directora de la Dibam, en respuesta a sus dichos, de Javiera Parada, actriz e hija de Manuel Parada, uno de los profesionales degollados en dictadura.
En la carta, Parada expone las siguientes citas:
La carta de la directora de la Dibam
publicada en su diario plantea una visión que, desde mi perspectiva,
vulnera un principio básico consensuado a nivel internacional: las
violaciones a los DD.HH. no son ni pueden ser contextualizables.
Si
utilizáramos la premisa de Magdalena Krebs, podríamos contextualizar
también las masacres de Stalin, el Holocausto judío en la Alemania Nazi o
el genocidio de Ruanda. El contexto o "los antecedentes" como plantea
Krebs, podrían explicar, y por lo tanto ayudar a comprender y
justificar, la tortura, los asesinatos masivos...
Mi
abuelo, Fernando Ortiz, secuestrado en diciembre de 1976 y desaparecido
hasta hace pocos años, fue asesinado en el cuartel Simón Bolívar donde
funcionó la Brigada Lautaro... El secuestro, desde las puertas de mi
colegio, y posterior degollamiento de mi padre, José Manuel Parada, son
de público conocimiento.
"La violencia imperante", según
plantea Krebs, sería el antecedente de estos crímenes y del resto de
las violaciones a los derechos humanos cometidos en dictadura y sería,
por tanto, causa o razón para la brutal violencia ejercida por agentes
del Estado, de manera sistemática, a partir del 11 de septiembre de
1973.
Su argumento no sólo explicita un grave relativismo moral, sino que es profundamente peligroso...
No
hay nada que justifique la violencia ejercida por el Estado de Chile en
contra de ciudadanos inermes. Nada. Menos aún viniendo de agentes del
Estado cuya responsabilidad es la mantención del orden público y no su
alteración.