Opinión: Sebastian Piñera y Discapacidad: Nulo avance en 4 años

Opinión: Sebastian Piñera y Discapacidad: Nulo avance en 4 años

11 Marzo 2014

Sebastian Piñera fue el Presidente de la República que vino a instaurar la desidia estatal más extrema en materia de discapacidad, ello reflejado en el 0% de avance registrado en sus cuatro años de mandato.

Fundación Nacio... >
authenticated user

Por: Alejandro Hernández. Presidente y Director Ejecutivo - Fundación Nacional de Discapacitados. Consultor en Discapacidad www.fnd.cl

El Gobierno de Piñera, al traspasar su mandato, ostenta 0% DE AVANCE EN DISCAPACIDAD. Así lo señaló esta semana la Fundación Ciudadano Inteligente en su Informe “Del Dicho al Hecho”. Desde Fundación Nacional de Discapacitados, insistimos en que “la situación de las personas con discapacidad en Chile es dramática, por ejemplo en lo referido a la ausencia de Programas de Integración Laboral que permitan la efectiva y gradual contratación de profesionales, técnicos y administrativos con Discapacidad en los ministerios y organismos públicos” lo cual representa discriminación y una deuda impresentable a nivel nacional e internacional.

Durante su gestión, Piñera apoyó abiertamente la campaña de TV teletónica que parece ser la única política pública que entiende este país, dañando la imagen de niños, jóvenes y adultos con discapacidad. Este actuar, nos hace transitar vergonzosa y erróneamente por la vereda de la lástima y la caridad a cambio de ayudas técnicas y la promesa -siempre presente- de rehabilitación física como limosna, en circunstancia que esta constituye en todo el orbe un derecho esencial.

Ya en los años setenta el movimiento por la vida independiente norteamericano contra la Telethon, levantada por J. Lewis había dicho: “No Pity” (No más Lástima), considerándola como “una forma de opresión”. La misma opresión que en pleno 2014 el Estado de Chile sigue promoviendo. De ahí la importancia de las organizaciones de y para personas con discapacidad y los activistas que realizamos una labor contrahegemónica, para romper el antiguo paradigma en beneficio de nuevos caminos de integración.

La visión sobre las personas con discapacidad en el mundo ha ido evolucionando, el compromiso ahora es una lucha social por lograr reconocimiento como ciudadanos sujetos de derecho, que no necesita mendigar para alcanzar un lugar en la sociedad. Es por esto que la actitud del gobierno de Piñera es opuesta y en contravía de la realidad internacional vinculada a los Derechos Humanos. Los mismos que manda a los Estados respetar la Organización de Naciones Unidas, por medio de la Convención Internacional de los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad (ONU 2007 – vinculante a la Ley de Discapacidad en Chile el 2008) en cuyo artículo octavo, se ordena realizar campañas que acaben con la imagen estereotipada y prejuiciosa.   

El escenario chileno, mantiene a millones de discapacitados en condición de discriminación diaria, en áreas como la Salud, Rehabilitación, Accesibilidad, Transporte, Educación, Trabajo y Seguridad Social. Este panorama es fruto de lo que he denominado “Desidia Estatal en Discapacidad”, la misma que mantiene a la Ley Chilena de la Discapacidad y la Convención Internacional por Los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad, en la estratosfera, dejando así el camino libre a las campañas que promueven la lastima y otras formas que contravienen los Derechos Humanos.

Llama la atención la ausencia absoluta y premeditada de políticas públicas concretas, campañas de prevención y concientización dirigidas hacia la población con y sin discapacidad. También la falta de  inyección de recursos que permitan por ejemplo, la entrega de ayudas técnicas y pensiones básicas en forma oportuna y para todos, sin exclusión. Al contrario, el gobierno de Piñera volvió a la década de los ochenta en materia de integración.

Salud y Rehabilitación:                                                  

Piñera participó, promovió y dinamizó campañas abiertamente discriminatorias y de nulo impacto, las mismas que remataron en la Plaza Pública, los derechos de los niños con discapacidad. Cabe señalar que en la inauguración de la campaña Teletón en 2011, la alocución de Piñera fue abruptamente interrumpida, cuando manifestantes del público le exigió al mandatario a viva voz y alzando pancartas, que el Estado se haga cargo de la rehabilitación de los niños y también de su educación.

En Chile, el 94% de los niños, jóvenes y adultos con discapacidad no ha tenido nunca acceso a un adecuado proceso de rehabilitación integral. A raíz de lo anterior, el 42% no termina la enseñanza básica.

Transporte:

Transantiago cumplió siete años como icono nacional, latinoamericano y mundial de exclusión y discriminación hacia discapacitados, sin ningún tipo de avance que permita vislumbrar algún cambio. Panorama que afecta al día de hoy también a embarazadas, madres con bebés lactantes, adultos mayores y a personas que por diversos motivos ven reducida su movilidad. La empresa Metro de Santiago, hace gala de su ineficiencia e ilegalidad al mantener decenas de estaciones sin acceso para personas con discapacidad, quienes deben sortear el peligro de subir escaleras convencionales y mecánicas, en sillas de ruedas y muchas veces en andas. Los buses que operan en Santiago y provincia, no merecen siquiera comentario.

El gobierno de Piñera y Transantiago, no cumplieron en lo más mínimo con las promesas de accesibilidad. Si una persona no puede movilizarse, tampoco puede gozar de un sinnúmero de derechos fundamentales que dependen del “Derecho al libre desplazamiento”. Las personas con discapacidad en Santiago y todo el país, viven como en una cárcel con las puertas abiertas. Solo en Santiago, más de 750.000 personas con diversas limitaciones, se ven obligadas a quedarse en casa, por la inexistencia de un sistema de transportes integrado y accesible, mientras que 2,5 millones en provincia viven idéntica situación.  

Accesibilidad al Entorno:

El gobierno de Sebastián Piñera, en su dejación extrema hacia el mundo de la discapacidad, no modificó ni movió un centímetro la fraudulenta letra chica que impide al organismo estatal Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS) fiscalizar los incumplimientos diarios a la Ley 20.422 que se supone fue promulgada para velar por los derechos de las personas con discapacidad. De los incumplimientos  sumamos múltiples y tristes ejemplos, cientos de ellos denunciados por Fundación Nacional de Discapacitados, con apoyo de diversos medios escritos, radio y televisión abierta a través de extensos reportajes que una y otra vez llegaron al mismo punto muerto: “no hay fiscalización” y “SENADIS no tiene las atribuciones para fiscalizar y hacer cumplir la Ley”.

El último ejemplo de ello es lo acontecido este mes de Marzo, en una de las sucursales de la Empresa Banco Estado. Allí se generó el accidente de Fabiola González, persona con discapacidad física severa, quien cayó al vacío al intentar subir escalones inalcanzables para un usuario de silla de ruedas. Este es solo un ejemplo del nulo interés del banco y del gobierno de Piñera, reflejado ahora en un daño físico directo a una persona con discapacidad, que nos permite observar la discriminación grave que incluso pone en peligro la seguridad personal que a diario se vive en Chile.

Acceso a la Información:

En Junio de 2013, Fundación Nacional de Discapacitados realizó un enérgico llamado a respetar la Ley de la Discapacidad, considerando otra arista: la ausencia de traducción en Lengua de Señas para la comunidad de personas sordas y con diversas discapacidades auditivas, en el contexto de los debates presidenciales emitidos por televisión abierta.

El llamado fue dirigido a Televisión Nacional de Chile, Canal 13, CNN Chile y ANATEL, quienes omitieron la traducción en lenguaje de señas el 10 y 13 de Junio, tal como sucediera en 2005 y 2009, respectivamente. Llamó la atención en su momento que paradojalmente, la mayoría de los candidatos coincidían en frases como “romper la desigualdad” y hacer del país “un Chile más justo” pero vulneraban en sus debates derechos básicos contemplados en la Ley chilena sobre discapacidad.

En Febrero de 2014, la misma denuncia formuló la Asociación Nacional de Sordos de Chile (ASOCH)  a Televisión Nacional de Chile, Mega, Chilevisión y Canal 13, ante el Consejo Nacional de Televisión, debido esta vez a la omisión del lenguaje de señas durante la transmisión del fallo marítimo de La Haya, que comprometía los intereses de Perú y Chile.

Educación y Capacitación:

La falta de acceso a Rehabilitación, Salud y Transporte, crean el escenario óptimo para agudizar la exclusión. A esto también se suma la inexistencia de instancias públicas de Educación y Capacitación enfocadas al sector. Por ejemplo, quienes se dedican a capacitar a las personas con discapacidad, instituciones privadas y ONGs, refieren una y otra vez la barrera que existe en el entorno, específicamente en el empresariado chileno, que no genera puestos de trabajo para personas con discapacidad, evidenciándose u

Por: Alejandro Hernández. Presidente y Director Ejecutivo - Fundación Nacional de Discapacitados. Consultor en Discapacidad www.fnd.cl

El Gobierno de Piñera, al traspasar su mandato, ostenta 0% DE AVANCE EN DISCAPACIDAD. Así lo señaló esta semana la Fundación Ciudadano Inteligente en su Informe “Del Dicho al Hecho”. Desde Fundación Nacional de Discapacitados, insistimos en que “la situación de las personas con discapacidad en Chile es dramática, por ejemplo en lo referido a la ausencia de Programas de Integración Laboral que permitan la efectiva y gradual contratación de profesionales, técnicos y administrativos con Discapacidad en los ministerios y organismos públicos” lo cual representa discriminación y una deuda impresentable a nivel nacional e internacional.

Durante su gestión, Piñera apoyó abiertamente la campaña de TV teletónica que parece ser la única política pública que entiende este país, dañando la imagen de niños, jóvenes y adultos con discapacidad. Este actuar, nos hace transitar vergonzosa y erróneamente por la vereda de la lástima y la caridad a cambio de ayudas técnicas y la promesa -siempre presente- de rehabilitación física como limosna, en circunstancia que esta constituye en todo el orbe un derecho esencial.

Ya en los años setenta el movimiento por la vida independiente norteamericano contra la Telethon, levantada por J. Lewis había dicho: “No Pity” (No más Lástima), considerándola como “una forma de opresión”. La misma opresión que en pleno 2014 el Estado de Chile sigue promoviendo. De ahí la importancia de las organizaciones de y para personas con discapacidad y los activistas que realizamos una labor contrahegemónica, para romper el antiguo paradigma en beneficio de nuevos caminos de integración.

La visión sobre las personas con discapacidad en el mundo ha ido evolucionando, el compromiso ahora es una lucha social por lograr reconocimiento como ciudadanos sujetos de derecho, que no necesita mendigar para alcanzar un lugar en la sociedad. Es por esto que la actitud del gobierno de Piñera es opuesta y en contravía de la realidad internacional vinculada a los Derechos Humanos. Los mismos que manda a los Estados respetar la Organización de Naciones Unidas, por medio de la Convención Internacional de los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad (ONU 2007 – vinculante a la Ley de Discapacidad en Chile el 2008) en cuyo artículo octavo, se ordena realizar campañas que acaben con la imagen estereotipada y prejuiciosa.   

El escenario chileno, mantiene a millones de discapacitados en condición de discriminación diaria, en áreas como la Salud, Rehabilitación, Accesibilidad, Transporte, Educación, Trabajo y Seguridad Social. Este panorama es fruto de lo que he denominado “Desidia Estatal en Discapacidad”, la misma que mantiene a la Ley Chilena de la Discapacidad y la Convención Internacional por Los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad, en la estratosfera, dejando así el camino libre a las campañas que promueven la lastima y otras formas que contravienen los Derechos Humanos.

Llama la atención la ausencia absoluta y premeditada de políticas públicas concretas, campañas de prevención y concientización dirigidas hacia la población con y sin discapacidad. También la falta de  inyección de recursos que permitan por ejemplo, la entrega de ayudas técnicas y pensiones básicas en forma oportuna y para todos, sin exclusión. Al contrario, el gobierno de Piñera volvió a la década de los ochenta en materia de integración.

Salud y Rehabilitación:                                                  

Piñera participó, promovió y dinamizó campañas abiertamente discriminatorias y de nulo impacto, las mismas que remataron en la Plaza Pública, los derechos de los niños con discapacidad. Cabe señalar que en la inauguración de la campaña Teletón en 2011, la alocución de Piñera fue abruptamente interrumpida, cuando manifestantes del público le exigió al mandatario a viva voz y alzando pancartas, que el Estado se haga cargo de la rehabilitación de los niños y también de su educación.

En Chile, el 94% de los niños, jóvenes y adultos con discapacidad no ha tenido nunca acceso a un adecuado proceso de rehabilitación integral. A raíz de lo anterior, el 42% no termina la enseñanza básica.

Transporte:

Transantiago cumplió siete años como icono nacional, latinoamericano y mundial de exclusión y discriminación hacia discapacitados, sin ningún tipo de avance que permita vislumbrar algún cambio. Panorama que afecta al día de hoy también a embarazadas, madres con bebés lactantes, adultos mayores y a personas que por diversos motivos ven reducida su movilidad. La empresa Metro de Santiago, hace gala de su ineficiencia e ilegalidad al mantener decenas de estaciones sin acceso para personas con discapacidad, quienes deben sortear el peligro de subir escaleras convencionales y mecánicas, en sillas de ruedas y muchas veces en andas. Los buses que operan en Santiago y provincia, no merecen siquiera comentario.

El gobierno de Piñera y Transantiago, no cumplieron en lo más mínimo con las promesas de accesibilidad. Si una persona no puede movilizarse, tampoco puede gozar de un sinnúmero de derechos fundamentales que dependen del “Derecho al libre desplazamiento”. Las personas con discapacidad en Santiago y todo el país, viven como en una cárcel con las puertas abiertas. Solo en Santiago, más de 750.000 personas con diversas limitaciones, se ven obligadas a quedarse en casa, por la inexistencia de un sistema de transportes integrado y accesible, mientras que 2,5 millones en provincia viven idéntica situación.  

Accesibilidad al Entorno:

El gobierno de Sebastián Piñera, en su dejación extrema hacia el mundo de la discapacidad, no modificó ni movió un centímetro la fraudulenta letra chica que impide al organismo estatal Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS) fiscalizar los incumplimientos diarios a la Ley 20.422 que se supone fue promulgada para velar por los derechos de las personas con discapacidad. De los incumplimientos  sumamos múltiples y tristes ejemplos, cientos de ellos denunciados por Fundación Nacional de Discapacitados, con apoyo de diversos medios escritos, radio y televisión abierta a través de extensos reportajes que una y otra vez llegaron al mismo punto muerto: “no hay fiscalización” y “SENADIS no tiene las atribuciones para fiscalizar y hacer cumplir la Ley”.

El último ejemplo de ello es lo acontecido este mes de Marzo, en una de las sucursales de la Empresa Banco Estado. Allí se generó el accidente de Fabiola González, persona con discapacidad física severa, quien cayó al vacío al intentar subir escalones inalcanzables para un usuario de silla de ruedas. Este es solo un ejemplo del nulo interés del banco y del gobierno de Piñera, reflejado ahora en un daño físico directo a una persona con discapacidad, que nos permite observar la discriminación grave que incluso pone en peligro la seguridad personal que a diario se vive en Chile.

Acceso a la Información:

En Junio de 2013, Fundación Nacional de Discapacitados realizó un enérgico llamado a respetar la Ley de la Discapacidad, considerando otra arista: la ausencia de traducción en Lengua de Señas para la comunidad de personas sordas y con diversas discapacidades auditivas, en el contexto de los debates presidenciales emitidos por televisión abierta.

El llamado fue dirigido a Televisión Nacional de Chile, Canal 13, CNN Chile y ANATEL, quienes omitieron la traducción en lenguaje de señas el 10 y 13 de Junio, tal como sucediera en 2005 y 2009, respectivamente. Llamó la atención en su momento que paradojalmente, la mayoría de los candidatos coincidían en frases como “romper la desigualdad” y hacer del país “un Chile más justo” pero vulneraban en sus debates derechos básicos contemplados en la Ley chilena sobre discapacidad.

En Febrero de 2014, la misma denuncia formuló la Asociación Nacional de Sordos de Chile (ASOCH)  a Televisión Nacional de Chile, Mega, Chilevisión y Canal 13, ante el Consejo Nacional de Televisión, debido esta vez a la omisión del lenguaje de señas durante la transmisión del fallo marítimo de La Haya, que comprometía los intereses de Perú y Chile.

Educación y Capacitación:

La falta de acceso a Rehabilitación, Salud y Transporte, crean el escenario óptimo para agudizar la exclusión. A esto también se suma la inexistencia de instancias públicas de Educación y Capacitación enfocadas al sector. Por ejemplo, quienes se dedican a capacitar a las personas con discapacidad, instituciones privadas y ONGs, refieren una y otra vez la barrera que existe en el entorno, específicamente en el empresariado chileno, que no genera puestos de trabajo para personas con discapacidad, evidenciándose un altísimo nivel de discriminación, barreras estructurales y también actitudinales.

Trabajo: 

Los organismos públicos siguen mirando las nubes al momento de integrar laboralmente a las personas con discapacidad. Durante el mandato de Piñera, el Ministro de Desarrollo Social Sr. Joaquín Lavín, señaló que más de 500 mil personas con discapacidad habían encontrado trabajo, dato que ciertamente dista mucho de la realidad. Fundación Nacional de Discapacitados, realizó un llamado al Ministro exigiendo la comprobación de aquellos datos, puesto que de acuerdo a nuestras cifras la cesantía en este sector se eleva al 90%.

Solo el 0,5% de las empresas y organismos públicos en Chile, integra al trabajo en forma seria y responsable a las personas con discapacidad. En este ámbito SENADIS instaura en el gobierno de Sebastián Piñera, el denominado “Sello Inclusivo” premio que otorgó a las empresas que desarrollaban acciones de Integración Laboral. Pudimos comprobar en terreno durante este periodo gubernamental,  que dicho sello se entrega en forma aleatoria y sin mediar ningún tipo de Programa serio y responsable entre el Estado y dicha empresa premiada como “Inclusiva”. Hubo casos en que, la empresa ni siquiera conocía el protocolo mínimo para integrar personas con discapacidad, ni tampoco las tenía entre sus colaboradores o trabajadores.

SENADIS 2010 – 2014:

Un hecho inédito en el Gobierno saliente fue la toma de las oficinas del Servicio Nacional de La Discapacidad (SENADIS) en Santiago durante el año 2013, efectuado por un grupo de personas con discapacidad. Otros hitos también fueron las marchas de Valparaíso, Concepción, Coquimbo y la huelga de hambre realizada en Concepción (todas convocadas por las personas con discapacidad y sus familias) acciones que representan la máxima expresión del descontento ciudadano en esta materia.

Durante este gobierno se pudo constatar la larga siesta del Servicio Nacional de la Discapacidad SENADIS, descanso que duró 4 años, del organismo competente y a años luz de cumplir con las expectativas de más de 3 millones de personas con discapacidad que viven en Chile y quienes somos sus familiares (otros 6 millones).

Si el grado de desarrollo de un pueblo y su gobierno, se mide en la forma en que integra a las personas con discapacidad. Y si el grado de avance en Discapacidad del gobierno de Sebastián Piñera fue igual al 0%, podemos deducir cual fue el grado de desarrollo de este gobierno que termina y que además no contó siempre ni con la simpatía ni el apoyo del resto de la ciudadanía.

Difícilmente Chile será un país desarrollado, mientras sus líderes no sintonicen con esta problemática social que aumenta día a día en el mundo. En la Discapacidad no se avanza solo con dinero, sino principalmente con mayor visión, conciencia, empatía, sentido de integración y justicia social, precisamente los ingredientes faltantes en la gestión administrativa del recurso humano del gobierno saliente.