Plebiscito: Claro pronunciamiento, incierto futuro

Plebiscito: Claro pronunciamiento, incierto futuro

28 Octubre 2020

Los resultados son decidores, el 78,3% de los electores aprueba y el 21,7% rechaza. Se termina el ciclo constitucional de Pinochet y valga mencionarlo, de Lagos también.

Roberto Bravo >
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Como siempre, abundan los lugares comunes para justificar. Por ahora, la democracia seguirá siendo electoral, a menos que desde la política recojan caña y se den cuenta que deben trabajar por representación y deliberación, real y efectiva.

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La pandemia y recesión nos apremian, cual más cual menos, nos hemos visto afectados, constatando que los intereses de la política y los ciudadanos van por carriles distintos. La discusión respecto de subir el IVA para incrementar la recaudación fiscal, por sobre impuestos a la rentabilidad del capital y el patrimonio, es decidora, clara muestra de obsecuencia y ceguera; la precariedad social, que la sigan financiando los más carenciados. El estrepitoso fracaso de la opción convención mixta y el prematuro rotativo de disponibles tras la banda presidencial, indicadores elocuentes de la decadencia.

El escritor español Arturo Pérez-Reverte, en la presentación de su último libro, expresaba la realidad política de su país, la que después de Franco no ha sabido cerrar las heridas y dar conducción. Responsabiliza a los políticos (SIC), de un discurso simple y maniqueo, de ser ignorantes, irresponsables y miserables.

No estamos muy distantes de la caracterización de Pérez. Una de las razones de esta precariedad en política es la endogamia; demasiados parientes y amigos. El ejercicio de funciones públicas debería ser por definición meritocratica, no la caricatura del mérito que han establecido, sino aquella que valora capacidades y determinación, ignorando la cuna. La obsecuencia complementa lo anterior; políticos preocupados del poder, para desde ahí controlar el empleo público y la comparsa.

Sueños y expectativas es lo que nos moviliza. Sobre el pasado construimos lo que será nuestro futuro, que requiere una indispensable cuota de consciencia, determinación y compromiso; desde la casa y el sistema educativo, es lo que debemos inducir y promover.

En sociedad establecemos normas y objetivos que regulen nuestra convivencia, también cómo se administrara el Estado y sus recursos. La democracia como sistema de gobierno y la política para representar ideas e intereses, en un marco constitucional que contenga al Estado, la independencia de sus poderes y la relación de éstos con los ciudadanos.

Lo anterior es lo que se deberá revisar y replantear en la convención constitucional, que teniendo una visión ciudadana altruista y edificante, supere la lógica atávica del 80% de pobres y clase media v/s 20% de acomodados y ricos; Pedro Aguirre Cerda y cientos de comunas v/s Las Condes. El plebiscito ya fue; importa ahora cómo se constituye la convención e inicia, con recursos y respaldo ciudadano, sus actividades. Para muchos jóvenes el futuro llegó condicionado, pocas oportunidades y no menos dificultades. Se espera que los cambios culturales sean más importantes que sólo cambiar hábitos; mayor conciencia de la realidad y consideración por el bienestar de todos.

Los tuertos, facilitadores de la ceguera, no abdicarán. Ofrecen disponibilidad, son tenaces, no claudicarán en su afán presidencialista. Discípulos de Forrest Gump, no dejan de correr, siempre están en carrera; de causas y proyectos políticos, poco, lo de ellos es el poder, cómo acceden, lo administran y se entronizan.

El desafío está planteado, que más electores participen en elegir constituyentes y que éstos vengan mayoritariamente de la base social, de las organizaciones, para que en el plebiscito de salida, podamos validar el resultado de un proceso robusto, que deje en el pasado privilegios, asimetrías y exclusiones.

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