Que Michelle Bachelet no tenga competencia en las elecciones entrega una oportunidad única para el país

08 Marzo 2013
Ningún sector desperdiciará este año de elecciones, es el momento de la política donde hay que mostrar los dientes, mostrarse fuertes y regatear por toda cuota de poder. Por Tomás Vergara, columnista de nuevapolitica.cl
Corresponsal El... >
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Dejémonos de historias. A no ser que ocurra un accidente político, es un hecho que Michelle Bachelet será la presidenta el próximo período. Es evidente que el resto de las candidaturas, tanto de derecha como de oposición, tienen su mirada puesta en el 2018 – 2022,con algunos matices.

Respecto de las candidaturas de Marco Enríquez, José A. Gómez y Claudio Orrego, además de ser campañas con posibilidades para el 2017, se ve en ellas la estrategia de negociar escaños para diputados y senadores, y en una segunda etapa, puestos claves del próximo gobierno. Es de esperar que la presidenta tenga claro hasta qué punto negociará con ellos, ya sabe que si no logró avanzar más en su gobierno anterior fue porque los mismos partidos no se lo permitieron.

El hecho de que Michelle Bachelet no tenga competencia, entrega a esta elección una oportunidad única para el país. La elección de este año mirará al parlamento, y con ello se abre una oportunidad concreta de conseguir los doblajes necesarios que permitan materializar los cambios constitucionales por los que la ciudadanía se ha manifestado.

Nuestro “sistema binominal” es anti-democrático, es un sistema que discrimina a las minorías y que tiene su origen en una constitución propia de la dictadura, que lamentablemente en los veintitres años que está operativo, ha terminado por menoscabar y desacreditar el sistema político frente a la ciudadanía, lo que es grave.

En definitiva, la coyuntura en el escenario eleccionario de este año 2013 ocurrirá en las elecciones parlamentarias, dado que las presidenciales ya están resueltas. Es una oportunidad única para todos quienes anhelamos una nueva política.

Será una elección épica para Chile, dónde los actuales partidos de la oposición deberán mostrar altura de mira, ser generosos, tendrán que entender que para lograr los doblajes es necesario mirar a la ciudadanía, que el votante apoyará a los candidatos en la medida que los sienta propios y no impuestos. La oposición debe organizarse y llevar dos candidatos por distrito.

Las directivas tendrán que hacer una tregua y ceder, abrir espacios y apoyar a los rostros que surgen desde los movimientos sociales y de la sociedad civil, porque ellos son representes de una ciudadanía descontenta y que desaprueba en lo que terminó siendo la concertación. Los nuevos rostros abren la puerta a los doblajes.

Todos los chilenos queremos amanecer, mirar por la ventana y decir con todas sus letras que vivimos en un país democrático. Tal vez, si existe una voluntad real de la mayoría de Chile, podamos decir que finalmente se logró completar la recuperación de la democracia iniciada en 1988.