Retórica populista: Mentalidad de colmena

Retórica populista: Mentalidad de colmena

11 Marzo 2021
Enarbolan una bandera de falso patriotismo, escudados en un discurso y una iconografía que nos recuerda triste y peligrosamente a la génesis de los movimientos absolutistas.
Hans Spuler >
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En la Europa de entre guerras surgieron movimientos de cortes nacionalistas, ultraderechistas y totalitarios conocidos comúnmente como fascismo. Si bien ese término es un tanto difícil de definir con exactitud debido principalmente a que no existe un ejemplo concreto de “gobierno fascista” (desde el punto de vista de la ciencia política) sistematizado ni uniforme como si lo tienen otras ideologías.

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Sin embargo, en cada país donde se establecieron estos regímenes hay características asimiles a cada una de ellas. Entre las que hoy nos compete en esta columna hay dos que suenan muy cercanas a nuestra realidad actual. La exaltación de “valores” como la patria o la raza. Y el uso de los medios de comunicación masiva para difundir un discurso canalizado por medio de la figura de un líder con carisma que usa el populismo y la demagogia para llegar a un público objetivo afín a su ideología.

Y es aquí donde encontramos el paralelo con nuestro Chile actual, personificado en el ex diputado y líder del Partido Republicano (versión made in Chile claro) José Antonio Kast. Y más que en su figura, quiero centrarme en lo que a mi juicio es lo más peligroso y contingente, sus seguidores.

Este grupo homogéneo comparte características muy definitorias con los mismos grupos que apoyaron y elevaron al poder a los líderes fascistas de antaño. No tienen capacidad crítica/analítica ni menos de raciocinio básico. Estas características son muy fáciles de encontrar en grupos de fanáticos sectarios, y como una y otra vez la historia nos ha demostrado, las sectas nunca terminan bien. Y esto tal vez sonará antojadizo o hasta exagerado, pero si nos detenemos solo por un momento a ver su comportamiento, veremos que no son capaces de encontrar el más mínimo error o fallo en la retórica populista, discriminatoria y racista del líder de Acción Republicana. De la misma forma que lo aplauden a él, lo hacen con figuras conocidas a nivel mundial (A diferencia de Kast) como Trump o Bolsonaro.

Es llamativo el fenómeno de estos seguidores. Es tanto su auto convencimiento que su fanatismo los hace compartir una especie de “mente de colmena” (lo que en USA se conoce como “hive mind”) la cual los hace repetir el discurso de su líder (abeja reina) con total obediencia y eficacia, usando en este caso, todo el poder de las redes sociales y la inmediatez y difusión que esta permiten, con prácticamente cero filtro ni revisión por parte de las mismas plataformas.

Enarbolan una bandera de falso patriotismo, escudados en un discurso y una iconografía que nos recuerda triste y peligrosamente a la génesis de los movimientos absolutistas que mencionamos al inicio. Sumado a una admiración y apoyo irrestricto a las fuerzas armadas y policiales, sin importar lo violentas o cuestionada que éstas sean.

Comparten además ideas dignas de los peores tiempos del apartheid (que tanto daño les hizo a algunas sociedades como la de Sudáfrica) como la del candidato a alcalde (del partido republicano claro) Cristian Araya de crear una “frontera” para evitar que personas ajenas a su comuna no puedan ingresar y así “mezclarse” con sus habitantes. O la del mismo Kast, de cavar una zanja en el norte del país para evitar la inmigración ilegal.

Otro factor en común de estos grupos es la alianza estratégica con los intereses de las clases económicas más poderosas, junto a su defensa de valores tradicionales como el patriotismo o la religiosidad, la discriminación hacia las minorías sexuales y el temor extremo hacia los inmigrantes (sobre todo de raza negra) para preservar el status quo. Estos grupos saben explotar muy bien los años de descontento social y malos manejos políticos, sumado a crisis económicas y temas raciales.

Fue en ese caldo de cultivo donde nació el fascismo, lamentablemente vemos muchas coincidencias en nuestra sociedad. Alemania es una sociedad que aprendió de sus errores y no tiene miedo en cortar de raíz cualquier atisbo de algún resurgimiento de ese movimiento que costó millones de vidas.

Kast es hijo de un funcionario nazi que huyó a Chile y que también tuvo participación en la dictadura de Pinochet. Un hijo no tiene porqué pagar los pecados del padre, pero en este caso, las evidencias de su propio actuar y discurso hacen que uno piense que ese famoso dicho “de tal palo, tal astilla”, suene más a una advertencia que a una mera frase.

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