Chile, Japón, y sus terremotos: un Océano de diferencia

Chile, Japón, y sus terremotos: un Océano de diferencia

14 Marzo 2011
Mi Voz >
authenticated user

¿Han visto las imágenes? Devastador, sin duda, pero no tanto para ellos (los japoneses) como para nosotros, los chilenos. Estoy hablando de una devastación simbólica, social y psicológica.
 

Es cierto. Según estadísticas que oí en la tele este día 11 de marzo, Japón tiene el horrible récord de poseer cerca del 20% del total de terremotos anuales mundiales. Otro dato que oí, es que desde 1995, que Japón no tenía un terremoto tan devastador. Ah, por cierto: en 140 años, este ha sido el peor de todos.

 

Un historial horrible, que -sin duda- ha contribuido a modelar cultural, social, política y económicamente a la isla de extremo oriente. Un historial que ha permitido que el factor miedo haya sido domesticado a tal punto, que podemos ver cosas como éstas, a minutos de terminado el mega terremoto:

 

http://www.youtube.com/watch?v=mPso58oGOuk&feature=player_embedded

 

Y en Chile...

 

Tras un año del terremoto de febrero de 2010, a los chilenos nos domina el miedo. Un miedo incontrolable, que ante la más mínima agitación, ya estamos con el corazón en la mano. Chile es un país sísmico. No en la magnitud japonesa, es cierto, pero he conocido personas que ya han vivido 2 y hasta 3 terremotos de los más fuertes en Chile ('39, 60', 20´). Sin embargo, a pesar de eso, nuestras instituciones y autoridades caminan al filo de la ineptitud y la estupidez. Todas las medidas que se tomaron 'de manera preventiva', se valoran y agradecen. Pero más me parece que constituyen un espectáculo mediático con el que el gobierno actual pretende diferenciarse del anterior (escuché por la radio a un político alabando la reacción del gobierno ante la emergencia, comparando esas reacciones con la del gobierno anterior, con una diferencia 'como del cielo a la tierra', como si el nivel de la emergencia no haya sido también de una diferencia abismal).

 

Con esta diferenciación, sólo se pretende un impacto en las encuestas. Porque los verdaderos cambios culturales no se ven ni decantan en una sociedad tras un año (a menos que haya coerción externa) de una catástrofe, sino que logran consolidarse tras años de situaciones, experiencia, madurez y decisiones. El camino es largo. No sólo debemos aprender a lidiar con los movimientos telúricos y con el miedo inherente a estos, sino también aprender a comportarnos, no como japoneses, sino como ciudadanos responsables y maduros. No sólo debemos saber qué hacer y hacia donde correr. Debemos comenzar a tomar decisiones políticas con respecto a la tecnología y a la investigación que Chile debe realizar por sí mismo, evitando seguir en la misma rutina copiadora de todo.

 

En Japón, el internet y la electricidad siguieron funcionando. La telefonía cayó unos momentos, no semanas como acá. La prevención funciona, es decir, edificios anti-sísmicos, arquitectura e ingeniería de mitigación de impacto, sismógrafos, conexión sismógrafos-ciudadanía,entre otros, porque años de malas experiencias condujo a un importante cambio cultural en ellos.

 

Así, entonces, un enorme océano nos separa a japoneses y chilenos.