El Significado De La Resurrección De Jesús De Nazaret

El Significado De La Resurrección De Jesús De Nazaret

20 Abril 2014

Millones de personas en la actualidad se llaman cristianas pero pocos piensan sobre lo que significa la Resurrección.

Juan Lama Ortega >
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Muchos cristianos conmemoran en Semana Santa el llamado Domingo de Resurrección, que es el día que se celebra que Jesús ascendió al cielo después de su crucifixión y con el que culmina el recordatorio de la pasión y muerte de Jesús de Nazaret.

Millones de personas en la actualidad se llaman cristianas pero pocos piensan sobre lo que significa la Resurrección. Sin embargo Jesús de Nazaret hace 2000 años dijo: “Mi Reino no es de este mundo”. (Juan 18, 36). Y continuó diciendo: “En la casa de Mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo hubiera dicho”. (Juan 14,2). Entonces ¿por qué tantas personas que se autodenominan cristianas no se comportan en vida, de modo que al fallecer puedan recorrer el camino hacia las moradas celestiales?, ¿quizás porque existe la creencia generaliza de que la absolución del cura es el pasaporte directo al cielo?, ¿tal vez porque san Pablo dejó dicho: con la sola fe basta? Lo cierto es que la fe activa, es decir, la fe que es realizada en la vida diaria según los 10 Mandamientos de Moisés y el Sermón de la Montaña de Jesús, es la que nos conduce a través del esfuerzo diario, a las cercanías de Dios. Si la sola fe bastase por qué dijo entonces Jesús: “Volveos perfectos como es perfecto vuestro Padre en el Cielo”.

Las palabras de Jesús de Nazaret una y otra vez indicaban que nuestra alma vive eternamente. Cristo desea resucitar en nosotros, pero Su fuerza sólo puede incrementarse y ser de ayuda en la vida si nos esforzamos en vivir según los Mandamientos de Dios y Sus enseñanzas, para que como Sus hijos puros podamos regresar a las moradas que Dios nuestro Padre eterno tiene preparadas para nosotros, a Su reino que no es de este mundo.

Cada vez más personas se están dando cuenta y comprenden que estamos viviendo un cambio espiritual de eras.  Hoy, Jesús de Nazaret, el Cristo de Dios,  ha hecho realidad lo que prometió a la humanidad hace 2000 años; El dijo: “Muchas cosas tengo aun que deciros, pero ahora no podríais entenderlas. Cuando venga Él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hacia toda la verdad”. (Juan 16,12)

Esta promesa se está cumpliendo desde hace más de 30 años, porque el Cristo de Dios resucitado ha tomado a una persona y la ha instruido para ser Su mensajera y profeta. A través de ella el Espíritu del Cristo de Dios ha traído al mundo toda la verdad del Infinito, en la medida en la que las personas lo pueden comprender, a través de muchas manifestaciones de Dios y horas de enseñanza. Así que podemos decir que el Cristo de Dios resucitado ha venido a la humanidad de hoy en día. “Quien tenga oídos que oiga. Quien lo pueda captar que lo capte” (Mt 11, 15) Estas palabras de Jesús de Nazaret también son válidas en la actualidad.

Y especialmente en Semana Santa, ¿quien no se pregunta por el sentido de la vida de Jesús de Nazaret, de su crucifixión y resurrección? En un extracto de la grandiosa Manifestación de Cristo condensada en el libro “Esta es Mi Palabra”. Él mismo explica el acontecimiento de Su ejecución. Y dice literalmente: “Todo esto lo soporté para que la Redención pudiera venir a todas las almas y hombres –a los lugares de purificación y a este mundo–. Las tinieblas calumniaron a Mi cuerpo físico, se burlaron de él y lo mataron; pero lo que con eso querían conseguir, no lo consiguieron, es decir: separarme de Dios haciéndome dudar de Él. Yo permanecí en Mi Padre, y el Padre permaneció en Mí. De este modo glorifiqué al Padre en Mí. Y así vino a este mundo la gloria del Padre, como luz de la Redención, a través de Mí, el Cristo. Y nadie puede apagar esta luz del mundo“.  (Cap 82, 17-19)

Su Luz redentora en cada alma y hombre es la seguridad para el camino de regreso a la casa del Padre. Por ello Jesús, el Cristo, nos enseñó  que Él es el Camino, la Verdad y la Vida y que no hay camino que vaya al Padre eterno que no sea a través de Él. Él, Cristo. Es por tanto el sustento en el alma y con ello el camino hacia una vida feliz, plena, llena de satisfacciones, hacia aquello, que cada uno añora y busca en su existencia.

Juan Lama Ortega

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