Llega el verano y para muchos el mantener un cuerpo trabajado es un gran tema. Sobre todo para quienes poco a poco se han ido obsesionando con ir al gimnasio y tener un cuerpo esculpido para las vacaciones. Pero ¿a qué se debe esto?

Ya sea por obsesión o por gusto, las personas caen en rutinas extenuantes para acelerar el proceso fisiológico sin saber de los peligrosos resultados que esto puede traer para la salud.

Según cuenta el psicólogo de  Centros Médicos Vidaintegra, Fernando Marchant, la vigorexia -obsesión por el cuerpo y tener una mayor exuberancia del mismo- puede generar daños de carácter físico y psicológico. 

Si bien es una enfermedad que afecta a todos, Marchant enfatizó en que en su mayoría son hombres los que más la padecen, siendo el tramo etáreo entre los 18 y 35 años el más afectado.

Como algunas de las consecuencias más notorias frente a este problema, según señala el profesional, se pueden observar desgarros y esguinces, pero también síndromes de ansiedad, aislamiento social y familiar, desencadenado todo por la reiteración obsesiva en los ejercicios para “agrandar” el cuerpo.