En palabras de su portavoz, Federico Lombardi, se aseguró que las acusaciones en contra del reciente electo Papa Francisco, formaría parte de una campaña de carácter "difamatoria", que provendría de "una izquierda anticlerical para atacar a la Iglesia". Además aseguró que no ha existido una acusación concreta en su contra.

El Papa había recibido varios cuestionamientos por su supuesto silencio frente a la detención de dos sacerdotes jesuitas durante el gobiero militar trasandino. Sin embargo, no se han podido probar estas acusaciones.

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