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¿Nos hemos puesto a pensar sobre la cifra de mujeres, adolescentes y niñas asesinadas en Chile?, aunque suena aterrador ese análisis, este número crece más y más. Las vidas perdidas y las familias vulneradas en muy pocas ocasiones obtienen justicia incrementando así su dolor.

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Hoy como país estamos de luto, semana tras semana nos conmovemos por una muerte más. Fue Antonia en el sur, Ámbar en la zona centro, Norma que era policía, la gitana que era maltratada por su pareja…  todas esas pérdidas nos rompe el alma, nos destroza y nos hace pensar con rabia ¿cómo existe tanta maldad, tanta violencia, tanto machismo?

La violencia hacia las mujeres existe y se ha expresado en múltiples formas, desde siempre. Muchas de las mujeres nos hemos sentido vulneradas y acosadas por médicos, autoridades, Carabineros, profesores y por algún familiar o pareja. El miedo se ha apoderado de todas, mujeres de todas las edades y no solo tememos por nosotras, sino que por nuestras amigas, hermanas, mamás, hijas.

Hemos podido ver diferentes manifestaciones de mujeres luchando por ellas y por todas, donde el amor que existe por un bien común sale a flote en cada manifestación. Las mujeres dan cátedra de la lucha por ser respetadas, escuchadas y valoradas por una sociedad que muchas veces tiene una venda en los ojos y normaliza actitudes que son tan nefastas como brutales.

Hace poco leí un artículo en el cual preguntaban a hombres y mujeres ¿Cuál ha sido el mayor problema del teletrabajo?  Las respuestas fueron por parte de las mujeres, la dificultad de sobrellevar el trabajo, la crianza y los quehaceres del hogar. Por otra parte, para los hombres fue la velocidad del internet.

¿Y todavía algunos se preguntan si realmente la desigualdad de género existe?

Estamos en un camino largo, que aún tiene muchos obstáculos, pero con la fuerza y la unión de todas será más sencillo de caminar. Deben tener claro que las mujeres seguiremos más unidas que nunca, porque esta lucha es para que todas sigamos vivas. El miedo nos hizo más fuerte.

Basta de miedo, de opresión y silencio, es momento de que el mundo entero escuche que no nos quedaremos calladas, que lucharemos por todas las que están, las que partieron y las que vendrán.